27 de marzo de 2012

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA(LA SEMANA SANTA)

Hace ya años que venimos comprobando la creciente mercantilización de nuestra semana mayor. Somos víctimas propicias de innumerables e inacabables colecciones por fascículos-entregas en la prensa escrita. El Llamador de Canal Sur o Saeta de La Cope han visto multiplicarse exponencialmente la competencia radiofónica y cualquier cadena que se precie cuenta con su programa cofrade. Incluso, y es lo más representativo, la televisión ha irrumpido con muchísima fuerza y son bastantes los programas cofrades emitidos de forma periódica. Durante los primeros años de retransmisiones televisivas, estas se limitaban a la carrera oficial. Ahora es un espectáculo gratuito aprovechado desde el minuto uno. Algunas cofradías, las más periféricas, son televisadas desde la propia salida y con la instalación de cámaras en puntos estratégicos de la ciudad se pueden llevar a cabo programas maratonianos de Semana Santa en directo hasta altas de la madrugada.

En alguna ocasión, en nuestras reuniones semanales, hemos comentado la evidente reducción de público en la calle a ciertas horas del día (más bien de la noche). A mi juicio, por dos motivos principales. Por un lado, el esfuerzo es un valor decadente en nuestra sociedad y ver las cofradías en la calle es un importante esfuerzo físico, incluso para los que nos consideramos algo fatiguitas. Por otro lado, la televisión propicia que determinado público se retire a sus casas, dando descanso a los más fatigados y siguiendo el resto del día a través de la “caja tonta”. Ligado al motivo anterior, la televisión nos permite disfrutar de la Semana santa con muy poco esfuerzo.

Este año he podido comprobar que la asistencia a los cultos intersemanales también ha disminuido de forma más que sensible. Es difícil encontrar un quinario al que acudan más de medio centenar de personas (al menos, en días laborables). Al mismo tiempo gana peso el culto “Express”. Besapiés y besamanos son los cultos estrella, los más frecuentados no sólo por los cofrades sino también por el público en general.

El problema de la creciente mercantilización es que está potenciando sobremanera la faceta de “espectáculo” de la Semana Santa. Son comentados profusamente los estrenos de las hermandades, los imagineros, los tallistas, los orfebres y demás oficios. Es destacada la labor de los músicos y de las cuadrillas de costaleros. Se hacen todo tipo de referencias al espectáculo y muy pocos o ninguna al resto de los prismas de la Semana Santa. Y no me refiero sólo al religioso. A este paso, vamos a tener magníficos “expertos” en la forma de andar de nuestros pasos, tendremos magníficos conocedores de las composiciones musicales, incluidos algunos infumables estrenos recientes. Lo que resultará más complicado es que sepan decirnos la escena que representa un misterio, no digamos ya, que sepan si es un pasaje recogido en los evangelio de la Iglesia o en los apócrifos (¿verdad Javier?).

Quizás buena parte de la culpa reside en que la retransmisión televisiva de mayor relevancia ha sido, hasta la fecha, manejada por la televisión afín a un partido de ideas “progresistas”  (de izquierdas, vamos). Este año comprobaremos si el cambio de gobierno municipal supone un nuevo enfoque para la semana santa televisiva.

En cualquier caso, me limito a dejar constancia de la situación. Iglesias vacías en cultos importantes, cuerpos de nazarenos estancados en número durante muchos años (con sospechas fundadas de reducción de componentes del cortejo) y hermandades reclamando nazarenos para su estación de penitencia (Hermandad de La Cena en el programa Andalucía Directo de Canal Sur esta cuaresma) son señales inequívocas.
Nuestra Semana santa no está pasando por una época de “esplendor”. A lo mejor, nos permite disfrutar de algunas cofradías tal y como podemos imaginarnos en siglos pasados. A lo peor, igual se convierte en un macro concierto de bandas acompañados por atletas del costal.

JGZ

1 comentario:

Alberto dijo...

Pues sí amigo Joaquín, ésto ha cambiado muy mucho, y la verdad es que en algunas cosas para mejor y en la mayoría para peor. ¿Será la "Globalización de la Semana Santa"? o quizás "La Alianza de Incivilizados". El caso es que tardaremos en recuperar el buen pulso (nombre de la Tertulia según determinado hermano Mayor...), pero todo se andará. Quizás solo lo vean nuestros descendientes.....