San
Juan de la Palma (Sevilla)
Jueves-1
de febrero-2018
Por ANGÉLICO
Ruiz Morales
1-“DEDICATORIA”
A RAFAEL, un ángel que por aquí anda y tanto me enseñó de
esto, con versos de nuestro Hermano Mayor:
Todo
está por estrenar,
despierta
cuerpo dormido
de
tanta espera, que aguarda
límpido
el cielo bruñido.
Todo
está por estrenar,
afán,
lapso detenido,
nuevos
besos, ilusiones,
recuerdan
que sigues vivo.
Todo
está por estrenar,
vencejos
silban sus trinos,
rizadas
palmas aclaman
pasados
gozos vividos.
Todo
está por estrenar,
luces,
colores, sonidos,
de
los que están por llegar,
¿oyes
cercanos los ruidos?
Todo
está por estrenar,
la
vida fugaz ya ha sido,
tu
silencio, mi amargura,
nuestro
corazón herido.
2-“ ¡LARGA VIDA A LA AMISTAD!”
Como el mago ilusionista que alza
sorpresivo el pañuelo y descubre su hallazgo; como el niño adulto ilusionado
que descorre expectante la cortina la mañana del Domingo más esperado del año y
comprueba que el celeste es el del celeste que todos queremos; acabamos de
encontrarnos un año más, y van veinticinco, el cartel con el que la Tertulia “A
PULSO” se presenta a Sevilla y homenajea a sus hermandades y a esa “Semana” por
la que algunos contamos la vida. Porque, como dijo otro poeta, “la vida es una
semana”. Y en ese gesto de deslizar el lienzo y así dar luz a un secreto
guardado en el arca de las ilusiones, como si desenvolviéramos el regalo con
que alguien nos agasaja y nos demuestra que le somos importantes, en ese gesto
viaja mucho más que, simplemente, iluminar una imagen, una estampa, más o menos
bella, más o menos epítome, de lo que representa. En ese gesto se acaba de descorrer, de nuevo,
y van veinticinco, el valor más auténtico, el que da sentido a esta Tertulia, a
sus miembros y a su transitar, un cuarto de siglo ya, entre amenas charlas,
convivencias, pregones y obras de caridad. Ese valor del que hablo es el valor
de la amistad. AMISTAD. Hermosa palabra de origen latino “AMAR” o bien griego
“SIN MI YO”. O sea, desprendimiento, afecto puro, desinteresado, compartido,
que nace y se fortalece con el trato. Quien tiene un amigo está probando de
verdad la felicidad más honda, la de dar sin esperar nada. Amigos de “A PULSO”,
amigos y hermanos de la AMARGURA: esta noche de invierno no necesito chaleco,
abrigo, bufanda, ni guantes… Estoy,
estamos, completamente arropados. Absolutamente dichoso y agradecido por
participar activamente en este acto en el que sobrevuela baja, emana fragante y
palpita intensa la dicha de amar y sentirse amado.
¡LARGA VIDA A LA TERTULIA! ¡LARGA VIDA A LA HERMANDAD!
¡LARGA VIDA A LA AMISTAD!
3-“BODAS DE PLATA EN SAN JUAN DE LA PALMA”
En los primeros años de los noventa, un
grupo de buenas personas, bien jóvenes aún y todavía en esa etapa en la que
casi todo son sueños, “castillos en el aire”, en un tiempo de encrucijadas, de
toma de decisiones que pudieron ser trascendentales, en esa vorágine de
estudios, currículos, noviazgos, primeros empleos… resuelven formalizar,
oficializar, lo que venía siendo espontáneo y así dar continuidad y sentido a esas
tertulias de buen beber, buen yantar y bien conversar en el vivaracho entorno
de la Alfalfa sevillana. Y lo consiguen, ojo, cuando para quedar con los amigos
había que llamar por teléfono –el fijo, por supuesto- o bastaba una palabra
dada la semana anterior. Desde entonces, ahí siguen. Veinticinco años completos
y sus cientos de encuentros ya compartiendo lo que más queremos. Ahora
empeñados en la posible continuidad que a tan preciosa dedicación puedan dar
los hijos, esos que apenas ni eran proyectos cuando todo empezaba. Y para las
Bodas de Plata, un cortejo blanco y rojo, una canastilla dorada y una corona de
oro: Todo nos ha conducido a San Juan de la Palma.
NADA ES CASUALIDAD…
4-“SEÑALES…”
Sé que hoy es un día grande para “A PULSO”.
Y sé que sus miembros van a escribir con cuidadas letras algunos renglones en
el libro de sus días con el acto de esta noche de febrero. Y sé que están
felices. Y agradecidos… No cabe otra cosa para quienes, privilegiados, llegamos
al mundo ungidos del perfume de azahar. Para quienes habrán dado sus primeros
torpes pasos por las naves de una parroquia. Para quienes vemos en el azul pavo
de una tarde de otoño un manto de terciopelo y ruán negro en el cielo de la
madrugada. Para quienes tener un hijo es una oportunidad de transmitir un
legado de emociones. Para quienes volvemos a ver la cara de un padre o una
madre que se fueron en el bendito rostro del Señor y la Virgen de sus
devociones.
Y cómo nos alimenta la ilusión a los sevillanos.
Una ilusión que aquí tiene sus nombres y sus apellidos: “Lotería de Navidad”,
“Heraldo Real”, ”Cabalgata de Reyes Magos”, “Viernes de Dolores”, “Domingo de
Ramos”, “Lunes de Pescaíto”… Y todo nos va llegando vía anuncios, anticipos que
nos hacen presentir lo que todavía no llegó pero sabemos llegará.
Como la aurora a la amanecida.
Como un perfumado botón blanco sobre fondo
verde de naranjo a la primavera.
Como ese primer nazareno vislumbrado desde
el balcón del “tiempo sin tiempo” al Domingo de Ramos.
Como un desfilar de lonas a rayas a la Feria
de Abril.
Como una alborada púrpura y miel entre pinos
a una romería en Doñana.
Como la humareda del castañero a los fríos
de invierno.
Como el ingenuo y monocorde soniquete de los
niños cantores de “El Gordo” a la Navidad.
Como una estrella brillando espesamente el 4
de enero a esa noche en que muchos vemos que vibra la ilusión en el aire de
Melchor, Gaspar y Baltasar…
como todo ello, así el cartel de “A PULSO” a una nueva Cuaresma. Sí, lo hemos
convertido ya en otro rito, en tradición, como hacemos aquí con lo que ocurre
aunque sólo sea dos veces siempre que nos ilumine, nos una más a lo que nos es
trascendental y, en definitiva, nos haga felices. Nos rendimos pues a otra
evidencia, a otra señal, de que ya está
pasando lo que queremos que pase. Privilegio absoluto…
5-“TODOS UNO Y A UNA”
Si
los espejos se emplean para vernos reflejados los rostros, el arte debe de ser
el espejo en el que vemos el alma del artista. No hablo de la manía de hoy,
vicio ya casi, de fotografiarlo todo, una y otra y otra vez, decenas de fotos
sin sentido alguno, atracón de imágenes no seleccionadas que nadie verá
después, fruto de esta absurda manera de vivir sin vivir, de esta prodigalidad
vacía, más cara a la galería de compartir con prisas en las redes que a
olisquear, lamer, saborear, masticar lento y tragar despacito cada momento,
como se bebe el buen vino, lo que quizás debería ser vivir. Hablo de la
fotografía buscada, seleccionada, esperada, a veces, incluso años. Esa fotografía
sí que es arte. Y a través del arte conquistamos (¿o nos conquista…?) la
Belleza. Como el escultor que ya vio antes de cincelar el volumen la imagen que
quiere extraer y ahora sólo tiene que ir eliminando pacientemente la masa que
sobra, así el fotógrafo, nuestro artista, buscó este último Domingo de Ramos
nuestro albo cortejo con esta estampa en su mente. El reloj oficial ya marcaría Lunes Santo… pero aquí sabemos que
sigue siendo Domingo de Ramos mientras el nazareno de la Amargura que vive más
lejos no deja su hábito blanco sobre la cama y le pide a Dios que sea “hasta el
año que viene”.
Estamos justo en ese momento bisagra, esa
transición en la que hemos abandonado las callejuelas del centro y aún no
llegamos a lo que ya sabemos “barrio”. Acabamos de dejar Cuna y están a punto
de “acunarnos” con sus cantos y rezos sublimes unos ángeles de hábitos marrones
a la puerta de un convento encalado.
Imagino al amigo fotógrafo unos minutos
antes sorteando público, con ese pellizco del que se sabe a punto de conseguir
el hallazgo buscado aunque nadie se lo asegure.
Y lo imagino llegando justo al epicentro en
que ahora también nuestros ojos contemplan la escena. Late álgida la noche del
Domingo de Ramos. Como ríos de caudal lento, el resto de cofradías también
vuelven al mar de sus feligresías y templos. Pero Daniel, “González” por su
padre y “Zafra” por su madre, sabría que su destino era pisar los añejos
adoquines de Laraña justo en ese instante, en este instante…
Hay una bulla justa. Nos flanquea la gran
fachada de la iglesia de la Anunciación y una nube de incienso envolvente se
eleva a un techo de cristal “anunciando” Su llegada, perfumando al Rey de
reyes. Llegaste a tiempo, amigo fotógrafo. Casi que escuchamos los tambores de
los de la gorra blanca, los amigos de la Banda de las Tres Caídas. Casi que
suenan los primeros toques inconfundibles de “Silencio Blanco”, la melodía de
“En tus lágrimas, Amargura” o “El Desprecio de Herodes”. Y estamos oyendo la voz de Manuel y Antonio
Villanueva (“¡Ole mi gente ´güena´ ahí!”) dirigiendo el imponente barco dorado
y llamando secos y rotundos al martillo. Y miramos y vemos, aunque no esté,
porque nos lo sabemos todo de memoria, un palacio burdeos, plata y oro para la
más mimada de la casa, Mara, nuestra Virgen de la Amargura, que viene río abajo
por Cuna… ¡Miradla cómo viene, que va rompiendo el aire, que va enamorando a la
ciudad entera y que va venciendo triunfal, sin discusión, a la noche!
Y encerrando en amores al Señor, dos
nazarenos de blanco zurbanesco, cola al brazo, cruz de Malta sobre fondo
carmesí, del mismo tono al de los claveles que está pisando Jesús. No busquen
más, que no hay… No cabe más elegancia. Lo siento, Nicolás, pero ese nazareno
que no porta ni sostiene la vara, sino que la abraza con las dos manos, no eres
tú. Lo siento, César… tampoco eres tú el que con su mano izquierda agarra el
antifaz para ver algo mejor. Ni Nicolás ni César… Esos nazarenos sois vosotros
y somos todos los hermanos de San Juan de la Palma… Da igual si vara de
presidencia, cruz de penitente, cirio o palermo. Da igual si canasto de
diputado, si naveta o si cirial, cruz parroquial o incensario. Si insignia,
cántaro de agua, carrito o manos vacías, traje, corbata y medalla al pecho. Da
igual si hombre o mujer, niño, adolescente, joven o ya de los que tenemos la
cruz de guía o hasta la cofradía de nuestra vida fuera de la catedral y camino
de la morada definitiva. Da igual. Ese
día somos todos y uno. Somos los que están, los que estarán y los que
estuvieron. Todos uno y a una rindiendo culto externo e interno de amor a
nuestros Sagrados Titulares.
6-“EL
SECRETO DE UNA SONRISA”
Y
en este ambiente familiar, donde sólo veo familia, amigos y hermanos, dejadme
que os confiese un secreto…
En
ese halo de seriedad, señorío, solemnidad, silencio… de rigor, ascetismo y
mística que desprende la cofradía de la Amargura, al otro lado del antifaz de
cada miembro del cortejo hay sitio también para la sonrisa, esa sonrisa de
satisfacción, esa sonrisa del que se sabe humildemente orgulloso de una
elección (¿o de haber sido elegido…?). Esa sonrisa del que se sabe “barrio”,
del que se sabe acompañado por decenas de infantes de doce años que hacen
estación de penitencia por primera vez. Esa sonrisa del que se sabe cumpliendo
un rito en el que, desprendido de uno mismo, desprendido de una identidad, en
el más absoluto anonimato, vuelve a dar vida a los que también formaron parte
de este pequeño gran mundo que es la Hermandad y ya se fueron a vida mejor.
Llevamos la alegría de aquel cuya fe le
dicta la certeza de que todo acaba bien. Llamamos a nuestra Virgen “Amargura”;
pero para nosotros no es la “Virgen de la Amargura”, sino “LA VIRGEN QUE QUITA
TODA AMARGURA”, la que consuela, la que alivia toda pena, la que da sentido a
tantas cosas inefables, la que mantiene en el alma una llama encendida cuando
todo parece apagarse…
7-“EL
OTRO, SIEMPRE EL OTRO”
Y dejo para el final el eje y centro de
todo, del cartel, de la Hermandad, de nuestra fe, de la vida: EL SEÑOR.
Veo al Señor del Silencio en el Desprecio de
Herodes en la maravillosa foto del cartel 2018 de “A PULSO” y vuelvo a ver al
Niño Jesús en el pobre portalito de Belén. Dios humilde que se hace Carne de
Niño para salvar al mundo e iluminarnos sencillamente el camino. Y Dios humilde
que calla porque sabe que ha de hacerlo y porque sabe el final. Cuánto nos dice
ese silencio que acaba siendo locuaz.
Veo el vigésimo quinto cartel de la tertulia
“A PULSO” y aprendo la lección más alta que nos enseña el Señor: desprenderse
de uno mismo (vuelvo al “sin mi yo” del inicio), sencillez, entrega…
EL OTRO, SIEMPRE EL OTRO…
8-“BIENVENIDA, BELLEZA”
Así que…
¡bienvenido cartel de Semana Santa!
¡Bienvenida emoción de instantánea!
¡Bienvenidos siempre, amigos, bienvenidos
hermanos!
¡Bienvenida celebración al sevillano modo de
la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo!
Y seas muy bienvenida, BELLEZA.
Este cartel hierve en ella y por eso este
cartel nos tiene que hacer mejores.
Permitidme que termine proponiéndoos
un pequeño gesto. Contemplen el cartel. Hagan un imaginario zoom de
acercamiento hacia la parte superior, justo a la derecha del primer candelabro.
Vemos unas manos. Esas manos están atadas… pero son las manos que mueven el
Mundo.
Muchas gracias.