Parece que ha pasado un mundo desde aquel 21 de febrero de 2020, cuando en la calle Castilla nos abrieron sus puertas y su corazón para poder ofrecerles nuestra pequeña aportación a la Semana Santa 2020, nuestro cartel. Salimos agasajados, contentos, y con la sensación de haber disfrutado de un momento íntimo y hermoso que se incorporaría para siempre a esa "mochila" emocional que los cofrades llevamos encima. Agradecimiento era el sentimiento generalizado, que gracias en esta ocasión a la propuesta de nuestro contertulio Juan, se ha podido plasmar mediante la entrega de este donativo al Proyecto Esperanza y Vida que la Hermandad de la O lleva a cabo entre sus obras asistenciales.
La suma de todos, de muchos pocos, del boca a boca, de la solidaridad a pedacitos, es lo que ha conseguido un importe por encima del millar de euros, y que a buen seguro que servirán para ayudar tan entrañable causa.
La pasada semana, pudimos hacer entrega del donativo, tras meses de dura espera por la pandemia que estamos sufriendo. Ya nos hubiera gustado poder entregarlo en vísperas de la Semana Santa, pero desgraciadamente todo se vino abajo por el dichoso Covid. Todos tenemos la sensación de que nos han robado el tiempo más bello de la ciudad, pero gracias a Dios, al menos nos queda el consuelo de que no se ha perdido el tiempo mientras tanto.
Los brazos abiertos y una sonrisa nos esperaban, eso sí, guardando la debida distancia social. A veces no hacen falta abrazos, valen las miradas. Gracias una vez más a la Junta de Gobierno de la O por hacernos sentir como en casa, y por esa cercanía en el trato que hacen accesible la hermandad.
Para los contertulios, Enhorabuena, es un logro de todos, y ahora más que nunca, pequeños gestos dignifican nuestra razón de ser. Es tiempo de necesidad, y entre pocos logramos mucho.
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