18 de abril de 2012

CARTA A LA MORTAJA

Nos manda nuestro contertulio Tomás un correo electrónico en el cual nos invita a compartir y publicar en este nuestro blog su experiencia con la hermandad de la mortaja. Se transcribe literalmente el correo recibido.

Desde hace tiempo no puedo seguiros como me gustaría, no siendo ello impedimento para poder seguir el blog y la magnífica página web. Gracias por vuestra constancia.
Quiero compartir con vosotros una carta de agradecimiento a una Hermandad que ha apostado por una actividad en la que me identifico en muchas cosas. La Semana Santa, también para mi, no solo dura unos días. Me gustaría que apareciera en el blog.

Fuerte abrazo.


Texto de la Carta

Carta de agradecimiento por participar en una experiencia que como cristiano no se pone al alcance de manera habitual.
Si hay un momento sensible en la vida de un cristiano es la conmemoración de la Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. La hermandad de la Mortaja de Sevilla es un modelo para muchos de cómo entendemos ese momento aquí en Sevilla. Sus ritos e iconografía vienen a demostrar una alta sensibilidad en el trato de uno de los momentos más humanos de nuestro Padre. Gracias a la apuesta de la Hermandad por algo que yo entiendo como la manera más bella de orar he podido comprender cuál es el auténtico significado de su objetivo evangelizador.
Acercar a Dios a los hombres es la tarea encomendada, un Dios humanizado, vencido pero arropado por lo que nunca le abandonó, su Madre. La Derrota de la muerte sería parcial y momentánea, para mayor gloria de Dios y la Humanidad.
Ese acercamiento y el impacto deseado se ha visto este año reflejado en el acto más público de todos, la estación de penitencia. Para mi como cristiano me resulta muy reconfortante en mi propia fe el hecho de ver, en los ojos del público que se acerca a ver la cofradía, el rostro de Dios.
En los ojos de los niños que preguntan qué es eso, señalando al Señor y por qué le ha pasado eso, en las sonrisas de satisfacción de los padres que explican con palabras dulces el sufrimiento de nuestro Redentor. En las lágrimas de emoción de algunas personas que, anónimas, creo que rezan en silencio. En ese silencio que acompaña y escucha no solo el mensaje de las letras cantadas si no que respeta el Mensaje proclamado.
El momento en el que se escriben las obras que se interpretan en el recorrido es el mismo en el que se gubian las imágenes, un tiempo en el que la espiritualidad se materializa y todo circunscribe el Hecho. Obras pensadas para ser cantadas en el tiempo litúrgico de la muerte de Cristo. Todo encaja, todo señala un único Fin. La música cantada no puede olvidarse y gracias al entendimiento de la hermandad se hace pública y llega al corazón y al espíritu de los fieles que al buscar la cofradía buscan ese Algo Más.

Firmado Tomás Toranzo Gómez, Hispalensis Ensemble.

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