20 de marzo de 2011

COLABORACIÓN LITERARIA: "EN MI TERCERA TRABAJADERA"



En mi Tercera Trabajadera


Es difícil saber cómo y cuando empezó todo. No es que  no recuerde la primera ocasión cuando conocí a mi amigo Migue Balonga, a Fernando (retirado por problemas físicos hace ya algunos años), a su hermano José Ángel (a la postre inseparable e impagable compañero de viajes), a Jaime Cox, a Paco Ferrán, a Eguía y a muchos otros que hoy lo viven de distinta forma…., pero con el paso del tiempo tengo la sensación que se trataba de una etapa más del camino, de un camino que estaba perfectamente determinado desde tiempo atrás y por tanto, que quizás comenzara realmente mucho antes… posiblemente diseñado en las divagaciones de un pequeño nazareno con varita camino a la catedral, diez años atrás.
Con éste serán 24 años llevando a mi Cristo de Las Misericordias... más de media vida. Es un compromiso que va más allá del juego de un joven cofrade,  que cuando en el 88 se puso por primera vez un costal no podía alcanzar a comprender que aquel acto llegaría a ser más que una forma de vivir “su semana santa”.
Hasta ahora sólo en dos ocasiones, y lo fueron por causas meteorológicas, he dejado de acompañar a mi Cristo bajo las trabajaderas. Ésto no tiene más mérito que el de cualquier otro hermano que acompañe a sus Titulares con túnica o de paisano, con cirio o con cruz... pero las circunstancias del forzoso exilio laboral que dura ya más de tres lustros, hacen que sean ya demasiados los años que cuaresma tras cuaresma nos armamos de paciencia y emprendemos camino hacia  Sevilla para hacer ensayos, mudás y remudás. Son muchas horas de carretera, muchos kilómetros recorridos, muchos programas de radio escuchados (incluso algún derbi copero en directo), muchas las horas de sueño perdidas, muchas las preocupaciones ocasionadas en esposas y madres….
 El año pasado fue Eguía  quién nos abandonó en nuestros “cofrades desplazamientos intercuaresmales”. Circunstancias ajenas a sus más íntimos deseos le obligaron a ello. Este año mi inseparable compañero José Ángel lo seguirá siendo de trabajadera, pero ha dejado de serlo de carretera, pues por fin ha logrado regresar a su querida Sevilla de forma definitiva.
He meditado mucho la posibilidad de dejar  en el armario mi costal…. pero no puedo. No puedo. Intento mirar de frente un Martes Santo sin igualá, sin nervios  antes de la primera chicotá, sin ver mi cofradía desde fuera -en tercera o cuarta fila- mientras pasa el cortejo tras haber salido de un relevo, sin mirar a mi Cristo una vez acabado todo dándole las gracias porque un año más me dio fuerzas no ya para llevarlo, sino también para venir cada martes a los ensayos… No puedo, me faltaría algo, aún no estoy preparado.
Éste pasado martes hubo un nuevo ensayo. Cuando salí de casa el sol aún me sonreía. Mientras descontaba kilómetros acompañado por los acordes de diferentes marchas y me iba acostumbrando a la ausencia de mi inseparable compañero, meditaba a cerca de lo aparentemente ilógico de mi actitud, buscaba los orígenes de esta pasión… poco a poco los últimos rayos de sol fueron abandonándome mientras me dejaban en los brazos de mi Ciudad…. todo volvía a tener sentido. La luz que la envuelve, los aromas que la invaden, la pasión que se respira... todo volvía a tener sentido.
Regresé al amparo de la noche, con la ayuda de los sonidos de la radio que tanta compañía hace a los nocturnos viajeros. Cerca de la media hora sobre las tres de la madrugada llegué a casa. Un beso en la oscuridad del dormitorio fue correspondido con una sonrisa y el suspiro que denota la tranquilidad por fin recuperada tras horas de preocupación.
No se muy bien ni cómo ni cuando empezó todo, pero se que es un nexo más en la distancia, un  motivo más de ilusión….  más de media vida.
 No se muy bien ni cómo ni cuando empezó  todo. Quizás sólo termine cuando vuelva…. o quizás no, pero después de todo… ¿Qué importa cómo y cuándo empezó todo?


AHC

4 comentarios:

GGA dijo...

Pues ánimo amigo para venir y volver. Tú debes saber mejor que nadie las razones para este enganche de carretera en la Cuaresma y sus ensayos,

Un abrazo

Diego dijo...

Bien sabes que en el pequeño mundo de la trabajadera, no siempre y no todo es como debiera ser. Eso nos hace sentir aún más orgullo de conocerte. Un costalero con mayúsculas, un cofrade de verdad y un esforzado buen hombre.

Luismi dijo...

Lo que tienes claro es que la tradicion continua y este año contaremos con un nuevo nazareno en la familia y quien sabe si en el futuro ,el costalero que te releve.

Alberto dijo...

Una alegría más esta Semana Santa, la incorporación de un nuevo nazareno a San Bernardo, quién sabe si más adelante también seguirá los pasos en SAnta Cruz, ojala!!