No se cumplen 25 años todos los días. Parece que fue ayer cuando nos recibían en nuestra querida hermandad de El Silencio para celebrar el XX Aniversario de la tertulia, y como sin quererlo, sin hacer ruido, desde la discreción, el trabajo callado el pro de la defensa de lo nuestro, hemos llegado a estas bodas de plata. Plata que sabe a oro, porque son pocos los que tiene la constancia de perseverar cuando vienen marejadas, de desandar lo andado para luego dar tres pasos adelante, de saber que esta es una herencia emocional que no está tasada, y que solo cuando hay mucha entrega detrás se llega a buen puerto. Hemos crecido, unos marcharon, otros llegaron, y donde éramos unos jóvenes universitarios, ahora somos padres de familias, que también son parte y futuro de la tertulia.
Este 2018 será un año especial, y lo sabemos, y por eso queremos disfrutarlo a nuestra manera, ahondando en nuestra esencia, y nuestro ser, y disfrutando de los mejores valores que tenemos, las personas. Que mejor manera que empezar el año dando gracias, gracias por llegar hasta aquí, por hacerlo juntos, gracias por habernos dado fuerzas en las dificultades y porque nunca perdimos la ilusión, gracias porque no hemos cambiado, y porque somos lo que siempre quisimos ser.
Nuestro querido contertulio Pepe se encargó de organizar una maravillosa jornada en la que es su casa de adopción, disfrutamos de una Misa de acción de gracias ante la Virgen del Rocío, en la cual se hizo una ofrenda floral, y posteriormente tuvimos una visita a los Tesoros de la Hermandad del Almonte. No cabe más que dar las gracias, por la acogida, y por los momentos tan hermosos que el día nos permitió vivir, y que a buen seguro, serán parte de la memoria colectiva de A Pulso. Luego grandes momentos de convivencia en la Aldea.
Todo un éxito para este inicio de año, que sin duda, vendrá repleto de actividades marcadas por la celebración de nuestro aniversario. Que así sea.
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