2 de diciembre de 2010

COLABORACIONES LITERARIAS

Ya está aquí la primera colaboración literaria de un contertulio. En este caso se trata de un artículo de Joaquín. Como quiera que todos sabemos de la buena mano para escribir de algunos de vosotros, espero no tardéis mucho en sumaros  a esta iniciativa.

PASANDO DE MODA

Desde hace unos años, para ser más exacto, desde el año de la famosa madrugá, creo que la curva ha cambiado su pendiente. La Semana Santa va cuesta abajo y tenemos varios indicadores que reflejan a las claras esta afirmación.

Para empezar, ver las cofradías de noche se está convirtiendo en una práctica deliciosa, con estampas propias y más que dignas de siglos anteriores si no fuera por los destrozos urbanos de nuestro merecidísimo alcalde (nosotros lo votamos, nosotros lo sufrimos). A este paso a Sevilla no la reconoce ni la madre que la parió. Valga como ejemplo la remodelación de la Plaza del Pan. ¡Encima le habrán pagado al de las farolas!.

Isidoro Moreno podría ilustrarnos sobre diversas causas de esta nueva situación. Una de ellas bien podría ser el miedo de los últimos años a las salidas nocturnas debido a la inseguridad ciudadana provocada por grupos descontrolados de canis y otras subespecies similares.

Pero personalmente pienso que la razón es bastante distinta. Creo que simplemente la Semana Santa ha pasado de moda, el público, la ciudad en general, está hastiada de Semana Santa, de eventos de todo tipo que siempre se celebran de la misma manera (procesión extraordinaria al canto), de colecciones interminables en los diversos medios de comunicación de la ciudad, en fin en la comercialización de nuestra semana mayor.

Simplemente, se sale a pasear con la excusa de las cofradías en la calle. Hay una gran parte de los espectadores de nuestras cofradías son “paseantes”, personas que están allí porque no tienen otra cosa mejor que hacer o porque les gusta la animación de las calles del centro en estos días. Como es lógico este público tiene bastante menos aguante que el capillita por lo que se cansa bastante antes y se marcha a casa después de cenar alguna que otra tapa.

Pero hay más, ya no se habla de “numerus clausus” en los nazarenos (aunque sí que se sigue haciendo en el número de hermandades ante el importante auge de algunas de vísperas), creo que el número de costaleros en algunas cofradías no es lo que se dice “abundante” y la contemplación detallada de algunos cuerpos de nazarenos es cuanto menos preocupante para la subsistencia de sus cofradías.

Tampoco está ayudando, al menos eso pienso, nuestros cardenales. Me parece bastante frívola la moda de las coronaciones canónicas, sobre todo si no están sobradamente justificadas y se conceden como compensación a otras cuestiones. Dentro de poco se oirá orgullosamente “pues mi virgen no está coronada”.

Tengo la sensación de que todo lo que suene a cofrade causa una especie de rechazo en buena parte de la sociedad, rechazo que desgraciadamente, se expresa sin ningún tipo de educación, como corresponde a los tiempos. Antes, como mucho, causábamos indiferencia.

Entre todos hemos convertido la Semana Santa sevillana en una fiesta más, con un carácter bastante mundano y desprovista casi de toda su componente religiosa. No entro a valorar si esto es bueno o malo, simplemente constato lo que creo una realidad más que palpable.

Personalmente me siento bastante afortunado ya que mi forma de ver y afrontar nuestra Semana Santa se mantiene invariada diría que desde mi infancia. Todos sabéis las palizas que nos pegamos Daniel y yo y lo que lamento es que esta disminución de público no se hay producido antes, que no me haya cogido más joven para poder disfrutarlo plenamente (las fuerzas no son las mismas que a los 20 años).

Decía Carlos Herrera en su pregón que uno de los objetivos era conservar la justa medida. Quizás estemos volviendo a ella.

JGZ

2 comentarios:

Diego dijo...

a grandeza de las personas, contiene varias tablas de medidas. Tras la lectura de tu artículo, sigo teniendo claro que la tabla de la coherencia, en tu caso, sigue produciendo excedentes, en estos tiempos de crisis. Y me alegro mucho.

Alberto dijo...

Más importante aún que la fuerza es la ilusión, y esa se mantiene. Creo que has dado en el clavo, afortunadamente la tendencia está cambiando.